Ilustración de Azahara Gómez
 
TRES FRASCOS 
DE GRACIA FIESTAS 

La primera vez que Julia fue a la playa le gustó tanto que corrió a por tres frascos para llevársela a casa. Llenó uno con arena, otro con agua de mar y el tercero con rayos de sol. Un día, pasado algún tiempo, su padre tiró la arena al jardín y el agua por el lavabo y guardó los tres botes en el armario trastero, pensando que todos estaban vacíos. En un rincón del jardín apareció un frágil castillo de arena que se esfumó en el viento y por las cañerías de la casa se deslizó una ola cargada de diminutos peces y estrellas de mar. Pero el papá de Julia no lo vio, porque para entonces ya había vuelto a sus tareas. El sol sigue aún guardado en el armario. Pero, no os preocupéis, que no caduca y se iluminará el día en que Julia o su padre necesiten un rayo de esperanza.


DESCARGAR

WORDPDF