✅Dos textos expositivos:
Texto 01:
Alrededor
del año 2000 a. C, los faraones egipcios se dieron cuenta de que tenían un
problema. Cada victoria militar sobre sus vecinos les permitía capturar y
esclavizar más prisioneros de guerra, pero los egipcios eran incapaces de trasladarles
órdenes por escrito porque estos esclavos no entendían la escritura
jeroglífica.
Los primeros sistemas de
escritura, entre los que se cuentan los jeroglíficos egipcios, eran
extremadamente engorrosos y complicados de entender. Contaban con miles de
caracteres y con un símbolo diferente para cada idea o palabra. Aprendérselos
todos de memoria podía llevar años. Sólo un puñado de egipcios podía de hecho
leer y escribir con este difícil sistema.
Los lingüistas creen que
casi todos los alfabetos modernos descienden de una versión simplificada de los
jeroglíficos, desarrollada por los egipcios hace 4000 años para comunicarse con
sus esclavos. El nacimiento de un alfabeto, el sistema de escritura empleado en
todo el mundo occidental, cambió la forma en que los habitantes de estos mundos
antiguos se comunicaban.
En esta versión
simplificada cada signo representaba únicamente un sonido. Este avance permitió
reducir el número de caracteres de varios miles a unas pocas decenas, agilizando
su uso y aprendizaje. El complejo lenguaje jeroglífico fue olvidado con el
tiempo, de forma que los expertos se vieron incapaces de traducir sus
caracteres hasta el descubrimiento de la piedra de Rosetta en 1799.
El alfabeto tuvo un éxito
fulminante. Cuando los esclavos egipcios pudieron volver al fin a sus países de
origen, se llevaron consigo este sistema, que se extendió por todo Oriente
Próximo hasta convertirse en la base de muchos de los sistemas de escritura de
esa región, incluidos el árabe y el hebreo. Los fenicios, una antigua
civilización de comerciantes marinos, divulgaron el alfabeto entre las tribus
con las que se fueron cruzando por la costa mediterránea. Los alfabetos griego
y romano, sucesivamente, se basaron en la antigua escritura fenicia. Hoy en
día, la mayoría de las lenguas modernas, incluido el español, usan el alfabeto
romano.
De ”365 días para ser más culto”
Texto 02:
Las
pinturas rupestres de Lascaux figuran entre las obras de arte más antiguas
conocidas. Fueron descubiertas en 1940 cerca del pueblo de Montignac, en el
centro de Francia, por cuatro adolescentes que se metieron en una cueva. Dentro
hallaron varias salas con cerca de 1500 pinturas de animales que datan de hace
entre 15 000 y 17 000 años.
Hay varias teorías sobre
el propósito de esas pinturas. Un rasgo natural de la caverna pudo haber
sugerido la silueta de un animal a un observador prehistórico, que después hizo
algunos añadidos para transmitir esa imagen a otras personas. Dado que muchas
de estas obras están en lugares inaccesibles de la cueva, pudieron tal vez
usarse en rituales mágicos. Posiblemente, aquellas gentes creían que dibujar
animales, sobre todo si se hacía con mucha precisión, permitiría ejercer el
control sobre esas bestias o traerlas hacia su territorio en tiempos de
escasez.
Los animales están
esbozados o silueteados, y se muestran a menudo en lo que se conoce como
perspectiva retorcida, es decir, con sus cabezas de perfil, pero sus cuernos
mirando al frente. Muchas de estas imágenes incluyen puntos, pautas lineales y
otros elementos de diseño que pueden tener un significado simbólico.
La sala más espléndida de
esta caverna, bautizada como la Sala de los Toros, cuenta con un relato
artístico: de izquierda a derecha, las imágenes representan la caza y captura
de una manada de bisontes.
La cueva se abrió al público en cuanto las
pinturas fueron examinadas y catalogadas como originarias del Paleolítico, allá
por 1948. Sin embargo, siete años después se comprobó que la afluencia de hasta
1200 visitantes al día estaba dañando las imágenes. Pese a que se tomaron
medidas para protegerlas, la cueva se cerró definitivamente en 1963. Eso sí,
para satisfacer la demanda del público, en 1983 se construyó una réplica a
escala real a tan sólo 200 metros de la caverna original.
De ”365 días para ser más culto”