Un cuento para descubrir o redescubrir a Mario Vargas Llosa

Cuando pensamos en Mario Vargas Llosa, lo primero que se nos viene a la cabeza son novelas monumentales como La ciudad y los perros o Conversación en La Catedral. Pero lo cierto es que antes de convertirse en ese titán de la narrativa latinoamericana, Vargas Llosa ya andaba afinando su pluma en un género mucho más breve: el cuento.

Hoy quiero recomendarte uno en particular que, aunque no es tan famoso como sus novelas, tiene una fuerza narrativa que sorprende: "Los jefes".

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Este cuento —que da título a su primer libro, publicado en 1959— es un retrato intenso del microcosmos escolar limeño. Pero no te dejes engañar por el entorno: lo que realmente explora es el poder, la obediencia, la rebeldía y esa tensión soterrada que se vive en cualquier sistema jerárquico, por pequeño que parezca. Es como si Vargas Llosa ya estuviera ensayando en miniatura los grandes temas que luego desarrollaría con más extensión.

Lo que más me gusta de Los jefes es cómo capta la psicología de los adolescentes, sus códigos de honor, sus silencios cargados de significado. Hay algo muy visceral en la manera en que se narran los conflictos. La prosa es directa, sin adornos innecesarios, pero con un ritmo que no te suelta.

Si nunca has leído nada de Vargas Llosa o si solo lo conoces por sus novelas más densas, este cuento es una puerta excelente para entrar a su mundo narrativo. Y si ya eres fan, te va a gustar ver cómo sus obsesiones literarias ya estaban presentes desde el principio.

Dale una oportunidad. Es breve, pero deja huella.